En la base de las propuestas y modelos que desarrollamos en los procesos educativos de formación especializada, en la consultoría solidaria y en los servicios de consultoría para el fortalecimiento institucional, hay cuatro grandes ideas fuerza:
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4. Una propuesta de racionalidad organizativa de las OCS
La organización basada en la confianza acordada. Es necesario abordar lo organizativo en las OSC desde una “racionalidad ético-política” centrada en la confianza. La confianza como virtud de vida que expresa la convicción en la persona de la capacidad humana para lograr vida buena; y la confianza como virtud de relacionalidad que expresa un modo de encuentro con el otro (disposición y comportamiento en la relación con el otro, en la relación entre nosotros). Pero sobre todo la confianza como proceso laborioso de construcción de relación para hacer algo juntos. La confianza como punto de partida (confiar en que es posible la puesta en común y la concordancia) pero ante todo la confianza como resultado, como verdadero punto de llegada: una confianza que no es ciega, que no es promesa-por-venir, sino confianza que se afianza en el acuerdo, en el pacto como producto trabajado mediante el diálogo. Proponemos una racionalidad ético-política que denominamos “racionalidad de la confianza acordada”, para construir los procesos organizativos. Esta racionalidad debe considerar principios, modos y dispositivos técnicos de lo organizativo. Consideramos que una matriz organizacional basada en la “confianza acordada” es la manera de hacernos cargo de nosotros mismos como institución y de responsabilizarnos por el otro, reconociendo que lo esencial es precisamente que como voluntad y proyecto colectivo configuramos esa acción ética originaria, la de la responsabilidad por el otro (la de la ética como empeño rabiosamente social, dice Savater.
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3. Un enfoque de planeación: la planeación con sujeto
Es necesario un modo de planificación estratégica centrada en el sujeto. Desde esta perspectiva el proceso de planificación estratégica resulta de la articulación de tres momentos de elaboración: 1) el de la narración, 2) la determinación de posición-posibilidad, 3) y el momento de la elaboración de factibilidades. Momento: La narración / explicación de sentidos en un horizonte: es el momento ético, momento del diálogo para la puesta en común de un "hacia dónde se va". Es un momento para recuperar y actualizar la memoria del colectivo, momento para construir imágenes de lo que se quiere: para conjugar el "verbo" "utopiar". Momento: La determinación de posiciones y elaboración de posibilidades, es el momento político de elaboración de análisis de la realidad, de análisis de campos de actores, de valoración de recursos para establecer mediante el ejercicio de la "frónesis" lo que "si se puede hacer" en términos de tensión entre lo que se quiere y el ordenamiento de la realidad. Momento: La planeación / programación es el momento técnico del proceso, consiste en la instrumentación de posibilidades en términos de factibilidad: objetivos, metas, resultados esperados, la asignación de recursos escasos en función de prioridades, así como la distribución del quehacer en el horizonte de programación decidido.
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2. Una propuesta pedagógica: la pedagogía del sujeto
Hay que cambiar radicalmente la pedagogía. Nuestro punto de partida es el reconocimiento de que educar es en su esencia lanzarse hacia el otro, como propone Joan Carles Melich. Educar es un acto de afectación mutua: al educar nos lanzamos hacia el otro en un impulso que sólo puede ser ético: lanzarme es hacerme cargo del otro, cuando (siempre) el otro ya ha venido hacia mí, ya está haciéndome responsable de él, ya está afectándome y no permanezco impasible. La educación entonces no está en el otro, en el que aprende, por más que aprenda; no está en mí, el que se lanza, el que enseña, por más que quiera enseñarle. Acontece, cuando acontece, en el encuentro: es lo que resulta en el lanzamiento hacia el otro porque el otro desde antes, y siempre, ha salido al paso. La educación se da en el "entre" los dos: es lugar abierto. En el "entre" cuando nos entregamos hacemos educación, nos educamos. En lo que nos damos, la sola presencia del otro me enseña: es posibilidad de aprendizaje porque me con-mueve y me transforma. La educación es acontecimiento, encuentro que nos transforma. Ahora, luego de tantos años de este intento y cuando reflexionamos acerca de ello con los alumnos de las primeras generaciones de nuestras escuelas, nos damos cuenta cómo nos íbamos haciendo juntos. Juntos sujetos, posibilidad de conciencia que se sabe, que se pregunta por sí mismo, que se intenta.
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1. Un cuestionamiento y crítica a la idea y las prácticas del desarrollo
Estamos en un cambio de época. En este cambio de época hemos de reconocer que la idea y práctica del desarrollo ha mostrado su insuficiencia para albergar sueños de más humanidad, su inutilidad para resolver(nos) la vida como vida buena para todos y todas, y, sobre todo, ha mostrado sus contradicciones: se camina por ese sendero, por más alternativo que se dibuje y se construya, a una permanente y reciclada negación de posibilidades de vida para una inmensa mayoría de la humanidad, y al ecocidio, a la destrucción progresiva y acelerada de la posibilidad de la vida en el planeta. Quienes venimos de esa ya larga tradición de querer impulsar todos los desarrollos alternativos posibles, trabajando junto con campesinos e indígenas, necesitamos reflexionar esto y estar claros de que la posibilidad de vida campesina en su multiplicidad y diversidad inabarcable, puede ser proyecto de vida buena sólo si se ordena como resistencia social frente a los embates de un sistema que se empeña por ningunearlos, convertirles en sobrantes, y como prefiguración de otros modos de vida que se afirman ya, hoy aquí, subvirtiendo el orden que se empeña en hacerlos prescindibles.